Llega «Somos una familia», una nueva película francesa sobre secretos de familia, romances y herencias bajo la premisa del hijo que regresa al hogar y su vida se resignifica.
¿De qué se trata «Somos una familia»?
Jerome (Mathieu Amalric), un multimillonario francés que vive en Shangai con su novia china (Gemma Chan), viaja por negocios de vuelta a Europa. El destino final es Londres, pero con escala en París, donde se entera por su madre (Nicole García) que la casa de su infancia, en el pueblo de Ambray, está por ser vendida. Ahí comienzan los enredos: que si la compra un amigo (Gilles Lellouche), que si el pueblo lo permite, que quién vivió antes allí y más. La madre de Jerome y su hermano (Guillaume de Tonquédec), el amigo de Jerome y su novia (Marine Vacth): todos ellos descubrirán secretos del pasado que giran alrededor de lo ausente, el padre fallecido de Jerome.

¿Quién es quién y qué intereses mueven a cada uno? El dinero, la pasión, el deber ser, las apariencias: todo eso en un tono que está a mitad de camino entre la comedia y el drama.
Lo destacado de «Somos una familia»
Hay un bonito recurso de regreso al pasado que el director utiliza y recuerda sin dudas a «Fresas salvajes» de Ingmar Bergman.
Otro acierto es la ausencia de sentimentalismos vacíos. Ese tono que te comentaba antes logra que no sea una comedia de enredos absurdos e inverosímiles pero tampoco un drama denso insoportable. Equilibrio es, quizás, la palabra.

«Somos una familia» está dirigida por Jean-Paul Rappeneau, que a sus 84 años y luego de 12 sin filmar, regresa con una película que cumple su cometido: contar una buena historia sin aburrir. Suena simple, pero no siempre abunda.
Título: Belles familles
Duración: 113 minutos
País: Francia
Año: 2015