Los años ’70 fueron de los tradicionales Ingalls. Los años ’80 empezaron a dejar ver cierta honestidad con «Married with children», una familia típica pero perdedora. En los ’90 fueron The Simpson los encargados de burlarse sin cesar del sueño americano. Y luego, ya, «Padre de familia» y la incorrección sin retorno. Bienvenidos a Little Miss Sunshine.
La familia según Little Miss Sunshine: personajes en conflicto
Little Miss Sunshine dirigida por la dupla debutante Jonathan Dayton y Valerie Faris nos presenta a los Hoover, una casi típica familia americana: el padre, la madre, el hijo mayor, la hija menor, el tío y el abuelo. Pero todas sus excentricidades apiñadas en un mismo núcleo los convierten en una perfecta pintura de la sociedad actual y, sobre todo, de los temas que la sociedad encuentra conflictivos.
El padre (Greg Kinnear) es un perdedor que busca hacerse rico publicando un libro sobre cómo hacerse rico. La madre (Toni Collette), el personaje más normal, es el sostén económico y mental de la familia. El hijo mayor (Paul Dano) odia a todos, lee a Nietzsche y ha hecho un voto de silencio.

La familia la completa el tío homosexual (Steve Carrel), experto en Proust, que acaba de fallar en su intento de suicidio, tras el abandono de su amante; y finalmente, el abuelo (Alan Arkin) es una suerte de rock-star jubilado, que se droga y piensa más en mujeres que su nieto adolescente.
En medio de este caos, está ella, la pequeña Olive de 7 años (Abigail Breslin), risueña, completamente adorable, con enormes gafas y gran alegría. Y será ella el motor de la historia, desde el momento en que reciben un llamado convocándola a participar del concurso Pequeña Señorita Sol, una especie de Miss America infantil.
Claro que, aunque Olive es adorable a los ojos de cualquier espectador, nada tiene que ver con el resto de las concursantes, diminutas Barbies en potencia.
Y luego… la road movie
Tras la convocatoria de Olive para participar del concurso de belleza infantil, toda la familia se embarca en una precaria pero inolvidable camioneta Volkswagen amarilla tratando contra reloj, de llegar a destino.
Distintos inconvenientes retrasarán el viaje, en especial el mal funcionamiento de la camioneta, un contratiempo ineludible de toda road movie que se precie de tal. Pero cada vez que los Hoover deben subir al vehículo, crean una escena para el recuerdo.
Llegar al concurso es la excusa perfecta para que esta familia se enfrente a sí misma y resuelva sus diferencias. Pero Little Miss Sunshine es una comedia y hasta de la muerte se habla con humor.

Cine independiente americano: bajo presupuesto, altos logros
Little Miss Sunshine es de esas sorpresas del cine independiente americano que con un poco de suerte y gracias a los rostros conocidos de su reparto, logra pasar las fronteras de su país y mostrar la otra cara de la sociedad americana. Esa cara que se parece un poco más al mundo real.
El film logró cuatro nominaciones al Óscar, ganando como Mejor Guión y compitiendo incluso como Mejor Película. Pero se sabe que ninguna comedia gana el premio mayor, y menos si es independiente e irreverente, aunque la candidatura fue sin duda de enorme ayuda para su difusión.
Por cada familia Ingalls hay una familia Hoover: imperfecta, excéntrica, conflictuada, donde todos se odian, nadie se soporta, pero en el fondo, muy en el fondo, se quieren. Lo que se dice, una familia normal.
Este artículo fue publicado originalmente en Suite101.net en 07/2013.