Lo primero que tenía en la cabeza al momento de ver «El Gran Gatsby» era que se trataba de una película de Baz Luhrmann. Y el dato no es menor. ¿Recuerdan Moulin Rouge? Bueno, yo la tengo grabada en la retina desde que era adolescente y fui con cuatro amigas a verla al cine. Salí extasiada. Nunca había visto tanto despliegue de color, música, decorados, luces, brillo, movimientos de cámara, ciudades nocturnas resplandecientes. Y así como Tim Burton propone películas oscuras, Luhrmann se cruza a la vereda opuesta y repite sus propios recursos en Gatsby. El comienzo, incluso, parece calcado de Moulin Rouge. El relato, de una forma extraña, también tiene puntos en común: un joven escribe la peculiar historia que vivió, que lo marcó y que lo convirtió en quien es; la llegada al nuevo hogar, cuna de lo desconocido; el circo a la vuelta de la esquina.
- Tobey Maguire (Nick Carraway) no es un actor al que siga. Pero vale decir que su cara de niño bueno encaja perfecta con el rol.
- Leonardo Di Caprio (Gatsby) es único. Creo que el tema de que no le den un Óscar hasta lo hace más grande, dan ganas de reivindicarlo. Atrapa, el tipo aparece en la pantalla y se apodera de uno, es así.
- Carey Mulligan (Daisy) va ascendiendo con pequeños grandes papeles, desde Orgullo y Prejuicio hasta Drive. Divina en el rol, angelical, maravillosa.
País: Estados Unidos / Australia
Año: 2013