Después de una seguidilla de series españolas, y con todas las que hay disponibles en Netflix, El desorden que dejas me ha gustado desde el título.
¿De qué se trata El desorden que dejas?
Germán (Tamar Novas) y Raquel (Inma Cuesta) son una pareja que se muda al pueblo natal de él, donde ella comenzará a trabajar como maestra.
Pero al llegar, Raquel se entera que «Viruca» (Bárbara Lennie), la docente que estaba antes, apareció muerta. A raíz de esto, la nueva maestra comienza a descubrir secretos, mientras lidia con unos alumnos difíciles.
Esta serie española de Netflix tiene 8 episodios y está basada en la novela homónima de Carlos Montero, quien además es el creador de la serie.
Crítica de la serie de Netflix
Tal vez la efectividad con que está narrada la historia tenga algo que ver con su origen literario. Una de las cosas más interesantes es lo bien llevado que está el paralelismo entre «Viruca» y Raquel. Se nota pero a la vez es sutil.

Como en toda buena historia, el desarrollo de los personajes es clave. Son interesantes (cero chatos), con facetas y bien desarrollados.
Desde los experimentados actores adultos encabezados por Inma Cuesta hasta el elenco juvenil que da vida a los alumnos, nada falla. Las actuaciones del reparto son excelentes, parejas y creíbles.
El desorden que dejas, con ese título tan acertado que tiene, atrapa, sorprende. No deja de ser una serie de suspenso en torno a un crimen, pero logra una narración diferente. Los saltos entre presente y pasado aportan y generan intriga, pero sin confundir de más.
En resumen: El desorden que dejas mola! Perdón, después de ver cuatro series españolas al hilo, necesitaba decirlo. Sí, vale la pena de principio a fin.
El desorden que dejas – Temporada 1
Capítulos: 8
País: España
Plataforma: Netflix
Estoy viendo la serie; sólo vi 4 capítulos. Hay algo que me choca: soy docente jubilada y trabajé 37 años reconocidos oficialmente, no puedo creer que los alumnos traten tan mal a la docente: se burlan, la amenazan, y ella tiembla (?) ¿no hay castigo? se sientan sobre los pupitres (?), los chicos por lo general suelen portarse mal, pero según mi experiencia dentro de ciertos límites. Aquí tutean a la docente, la tratan de igual a igual, en Buenos Aires, Argentina, eso no está permitido; sólo los chicos muy pequeños, de jardín tutean a la maestra. Además no dan el «physique du rol», porque parecen más grandes que un adolescente. No parece la relación alumno-profesor; sino seres que se sienten invulnerables. A mi me parece que el tal Carlos Montero, que escribe, produce y dirige la serie, no tiene mucha idea de como es el universo escolar secundario. Salvo que en Galicia, España las cosas sean muy diferentes. Me molesta muchísimo el español
que hablan, «gilipollas, vale, grima, ¿de que suda la literatura? (????). etc- Me fastidia enormemente.
Muy buena observación, coincido. Al verla me resultaba un poco extraño el tema de cuánto mayores parecen y el desparpajo absoluto, pero pensé, bueno, tal vez las cosas son así en España! Espero que no, la verdad.
Terminé de ver la serie. Resulta como en las novelas de Agatha Christie, que quien menos es sospechoso es el asesino, en este caso el culpable. No voy a arruinar dando a conocer de quien se trata, pero como recurso huele a rancio, está pasado de moda, es un decir. Ahora se usan otros recursos más novedosos. Todo se precipita en el último capítulo, aparecen personajes secundarios tomando protagonismo, en fin todo es inverosímil.
Uno de los recursos del buen cine, series, etc. es que no se caiga el verosímil, aquí esto no funciona.
En mi opinión la serie no vale la pena; verla es una pérdida de tiempo. ¡Que lástima, el tema daba para más y mejor.!!!