Llega una nueva súper producción y llega un nuevo Tarzán. ¿Valdrá la pena ? Acá te cuento con qué te vas a encontrar.
¿De qué se trata?
El hombre que alguna vez fue criado por simios, hoy es John Clayton, un lord inglés que vive entre lujos con su esposa Jane. John/Tarzán es enviado como emisario comercial a El Congo, sin saber que le están tendiendo una trampa. La codicia y la fiebre por el dinero y los diamantes devolverán a Tarzán a la selva donde creció.

Lo positivo de ‘La leyenda de Tarzán’
Primero y sin dudarlo, los efectos visuales son maravillosos. El director David Yates logra que las imágenes de la selva, los animales y los vuelos en liana de Tarzán impresionen, pero sin caer en la tentación de abusar del espectáculo visual como cáscara vacía.
Del mismo modo, un pecado de este tipo de películas es presentar peleas cada cinco minutos, cosa que aquí no sucede. Las hay, claro, pero en la medida justa.
Tanto Alexander Skarsgård como Margot Robbie cumplen bien con sus papeles. ¿Serán una pareja inolvidable? No. Pero algo que me llamó la atención es que el director no exagera en la exposición de los cuerpos de los personajes. Está claro que el muchacho tiene músculos por donde lo mires. Y sabemos que Robbie es una de las bellezas en alza en Hollywood. Esto podría haber convertido al film en un desfile de modelos, de escenas puestas solo para exhibirlos, pero no. Bien por eso.
Christoph Waltz, como el malo, lo hace de taquito y hasta se extraña que no sea un poco más cínico: es que al lado de lo de «Bastardos sin gloria» es como si acá se quedara corto (¡lo queremos malo, bien malo!).
Y el que se lleva la película es Samuel L. Jackson, como suele pasar con los actores que son, de algún modo, los ojos del espectador.

Un comentario sobre el final (NO ES SPOILER!!) sin decir cuál es. El desenlace de la historia, en algún punto, no es complaciente. Leí por ahí que este Tarzán es anti-capitalista. No me atrevo a tanto, pero algo, alguito de eso hay. Y ese tipo de final lo corre un poco de lo convencional.
La pata floja
«La leyenda de Tarzán» entretiene, sí, pero se hace un poco larga. Todo se dilata más de la cuenta y por momentos querés que los fotogramas vayan un poquito más rápido. Hay varios flashbacks durante el metraje y si bien se entiende que están ahí para que nadie se quede sin saber la historia completa, no contribuyen a dar ritmo. Tal vez no hacía falta que todo fuera tan didáctico.
¿Ver o no ver «La leyenda de Tarzán»? Volver a vivir una historia clásica con todo el espectáculo de los nuevos efectos tiene su encanto. No es la película del año, pero cumple y se corre de varias obviedades. Pero si solo querés ver acción, acción y más acción, quizás te quedes con sabor a poco.
Título: The Legend of Tarzan
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2016